En 1868, tras una guerra civil, Japón queda dividido en dos. El principal artífice de la victoria reformista fue un pelirrojo llamdo Hitokiri Battosai. Los únicos momentos de paz que encontró Battosai lejos de los políticos y el derramamiento de sangre fueron los vividos en los brazos de Tomoe, una dulce muchacha. Tras el final del conflicto, Battosai hizo la promesa de no volver a matar y comenzó a vagabundear dando nacimiento a la leyenda de Kenshin Himura, el último samurai.
En 1868, tras una guerra civil, Japón queda dividido en dos. El principal artífice de la victoria reformista fue un pelirrojo llamdo Hitokiri Battosai. Los únicos momentos de paz que encontró Battosai lejos de los políticos y el derramamiento de sangre fueron los vividos en los brazos de Tomoe, una dulce muchacha. Tras el final del conflicto, Battosai hizo la promesa de no volver a matar y comenzó a vagabundear dando nacimiento a la leyenda de Kenshin Himura, el último samurai.